Sólo existen dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y de la primera no estoy completamente seguro.
A Einstein

Desde luego, mi blog sí que estaba muerto. Tanto que ya ni olía. Creo que la última vez que le eché un vistazo fue por 2011, porque me dejaron un comentario que no era Spam. Y desde entonces, nada. Y no es que antes hubiera gran cosa.

No sé por qué lo dejé. Bueno sí: no se me ocurría nada qué escribir. Y cuando se me ocurría… Bueno, para eso está Facebook. O Twitter. O, si eres chachi, tienes un tumblr (yo no acabo de pillarle el qué, aunque admito que sigo con devoción Yo follé contigo y lo recomiendo a todo ser humano que se cruza en mi camino). En fin, que parecía que esto estaba más antiguo que el monóculo y total, ya nadie lee más de tres párrafos seguidos, así que pa qué.

¿Pa qué? Pues pa mí.

Igual es que hoy llueve, igual es que últimamente ando tan enfadada y tan venenosa con este ascomundoapestoso que tengo que desahogarme. El caso es que he entrado al blog (y lo que me ha costado marededeusenyor, no me acordaba ni del login), he hecho un poco de limpieza, he actualizado cuatro cosas y, ea, que aquí estoy. Haciendo un Walking Dead con el blog.