Sólo existen dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. Y de la primera no estoy completamente seguro.
A Einstein

Por fin domingo! He sobrevivido a otro Sant Jordi, aunque lo mío me ha costado. Catorce días seguidos currando, miles de ejemplares del libro del Zafón cobrados, kilos y kilos de papel de regalo cargados y esas cosas que me pasan en el curro, pero he llegado al domingo viva y dispuesta a cumplir mi juramento de que hoy sólo me levantaría de la cama cuando las ganas de ir al baño fueran insoportables.

Sobre el día del Libro, con retraso, mi impresión es que seguimos como siempre: se compran libros porque hay que comprarlos y el resultado es que todo el mundo compra el mismo porque no tiene tiempo ni ganas de preguntarse qué es lo que al otro le apetece leer, si es que la lectura le gusta. Total que una fiesta “cultural” acaba siendo lo mismo que todas las demás, una excusa para gastar. A favor de Sant Jordi, diré que es una de mis fiestas favoritas, porque no es festivo pero lo parece ya que la disciplina habitual se relaja y todo el mundo se comporta como si estuviera de fiesta. Además en mi caso, me han regalado cosas chulas: el Gestor del Blog, un libro de frases de críos pequeños de El Hormiguero (por aquello de que me hacen gracia las paridas que dicen los niños y porque le pedí que no me comprase la segunda parte de Los pilares de la tierra hasta que no se me cure la contractura que tengo por haber cargado con la primera durante un par de semanas). Además, le compró mi rosa a una gitana en una esquina, que es lo que procede en esta fecha, así que ha superado su primer Sant Jordi como novio bastante bien. La Carmita, un libro de física para tontos que me hizo mucha ilu: soy de letras, pero las palabrotas científicas que suelta ella me fascinan; y mis Santos Padres Este rodaje es la guerra, que es un libro muy gordo, muy pesado y muy caro al que yo le tenía muchas ganas. Yo, al Gestor del Blog le regalé un par de libros sobre Barcelona, porque le gusta, a mi mami La otra Bolena, porque le gustó “Los Tudor” (sin comentarios) y a la Carmita y a mi papi, nada porque apenas leen y comprar por comprar es tontería.

Por lo demás, este año como todos, sigue siendo válido lo que ya escribí en una ocasión, así que me plagio a mí misma y santas pascuas, porque ahora mismo me voy a disfrutar de mi primera tarde libre en muchos, muchos días.

Soy un daño colateral del Día del Libro. Estoy r-e-v-e-n-t-a-d-a. Y aún así, me ha dado para hacer algunas reflexiones sobre el tema. Hacer un Día de Lo Que Sea es la puta bomba desde el punto de vista comercial. Si hicieran el Día del Monóculo, la gente se agolparía en las ópticas – o en los anticuarios- a comprarlos por la simple razón de que eso es lo que hay que hacer ese día. Gente que, durante 364 días al año vive convencida de que los libros sirven para decorar las estanterías o para calzar una mesa coja, se estresa y se gasta un pastón el día 23 por la simple razón de que es lo que toca. Hay que comprarles libros a tus familiares y amigos y, si no les gustan, te sientes obligado a comprarles otra cosa. O, si eres ortodoxo y decides que hay que regalar un libro por cojones, te vuelves majara buscando algo que pueda apetecerles leer. He establecido tipos de compradores y todo, y eso que mi cerebro ha estado en piloto automático casi todo el día. Va sí.

1. El que no lee y compra libros para alguien que tampoco lo hace. Este año compra El juego del Ángel o Un mundo sin fín. Resultado: una avanlancha de gente que vendrá a devolverlos porque le han regalado tres veces el mismo libro.

2. El que no lee y compra libros para alguien que sí lo hace. Fácil: trae el título y el autor anotados en un papel. Juegan sobre seguro.

3. El que sí lee y compra libros para alguien que no lo hace: acabas por no saber si quiere comprar el libro o inscribir al otro en una agencia matrimonial: “Quiero un libro para un hombre de treinta y cuatro años al que le gusta el montañismo, el chocolate y ver CSI”

4. El que sí lee y compra libros para alguien que también lo hace: como tenga un poco de empatía se vuelve loco buscando algo que le vaya a gustar al otro. Si no la tiene le comprará lo que él quiere leer. Resultado: gente inocente que acaba recibiendo biografías de Winston Churchill y, mientras trata de disimular su perplejidad escucha al otro decirle, emocionado: “en cuanto te lo acabes, déjamelo”. Por cierto, esa frase es una putada porque pulveriza cualquier posibilidad de cambiar la cosa esa sobre Churchill por el Kama Sutra ilustrado, que es lo que te apetecía leer en realidad (existen unas mil versiones del Kama Sutra lo cual me lleva a pensar que, después de que varias generaciones no se enteraran de un pijo, las editoriales comprendieron que los occidentales necesitamos que llamen al pan, pan y al clitoris, clitoris e incluyan un mapa para que entendamos algo. E, inmediatamente, se pusieron a la labor de adaptarlo)

Podría seguir machacando el tema pero… bueno, estoy cansada y, después de pensarlo mucho, he llegado a la conclusión de que meterse con los hábitos de lectura de los demás es de lo más snob.Al fin y al cabo, aunque el Ulisses de Joyce sea el no va a más de la Literatura Universal a mi me da dolor de cabeza sólo con abrirlo mientras que reeleré encantada de la vida cualquier libro de Terry Prattchett. Como me dijo una clienta esta semana, mientras pagaba un libro de Manga para su hija ” esto es una mierda, pero así al menos lee. Y eso es lo que importa, ¿no?”
Pues eso. (23/04/06)

7 estupefact@s en “Rosas, libros y dragones”

  1. Pues a mí me han regalado un pijama así que leer, leeré poco. Por lo demás me encanta la fiesta de Sant Jordi..

    Milgrom

  2. ¿No lleva letras Milgrom? ¿Será para leer en la cama? No desesperes, si para Sant Jordi toca pijama, para tu cumpleaños tocarán libros…

    Clarita

  3. A mí también me encanta Sant Jordi. Aunque desde hace algun tiempo, no sea mi mejor época del año, ese dia, tiene un carisma especial. Será porque la gente se lo toma como festivo, aunque trabaje. Lo que resalta la importancia de vivir de manera más positiva (apunte Bucay, como no). Este año, me decidí por ser original continuando con la vertiente cultural y regale un par de entradas del teatro. La pifie y me ha salido rana, así que en el futuro seré aburrida y tradicional. Eso sí tendré que exprimirme el cerebro o apuntarlo en un papel. A mí como años atrás, sólo me ha caido el libro, por qué será que no me regalan rosa, con lo que me encantan. En fin de todas maneras lo disfruté a mi manera.

    Nane

  4. Apunto para el año que viene, Nane, te compro rosa. Y me piro con usted al teatro, aunque me mencione a Bucay en el comentario. Por ser usted, se lo perdono.
    Mil besos guapi :)

    Clarita

  5. Pues a mí ni rosa ni libro y para colmo a mis dos compis les han regalado horas de curro pq los del PAS no curran por la tarde y si el día de sant jordi curran, les deben las horas. Con lo que, a una le han regalado 4 horas y a la otras 2…

    Pero como a mí me tocaba de mañana, me jorobo y no me regalan ni los buenos días.

    Vamos que Sant Jordi pa quien lo quiera, para las amargadas como yo, no gracias. Yo ya compro libros compulsivamente el resto del año.

    Nuria

  6. A mí, una fiesta en la que se regalan libros me parece la mejor fiesta del mundo… aunque haya muchos que lo hagan porque es lo que toca y no tengan ni idea :)

    Besos

    Nanny-Ogg

  7. personal injury attorneys

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